viernes, 4 de marzo de 2011

Del minimalismo al maximalismo

Lenguajes opuestos que se atraen y distancian, el minimalismo, estilo de gran fuerza a pesar de la simplicidad que proyecta y el maximalismo, lleno de caprichos ostentosos. Laura Lacroix los analiza y traza un camino que nos conduce entre el carácter etéreo y expresivo de uno hasta las insaciables apetencias del otro.

A principio de los 90 se instala como moda el minimalismo, una tendencia que nos trae descanso después de la opulencia del postmodernismo y deconstructivismo. Sin embargo, este estilo había surgido a fines de los 60 en Nueva York y, quizás, sus orígenes venían de la mano de Mies Van Der Rohe y sus ideas acerca de la pureza de las formas. Desde aquellos años, el concepto detrás del estilo, se ha caracterizado por la búsqueda de la simplicidad y la austeridad que no es vacío porque sí, sino una ausencia provocadora de silencios que nos transmiten otras sensaciones.


El minimalismo utiliza la luz natural como una herramienta que debe filtrarse en los interiores logrando expresar algo, iluminando puntualmente un objeto o rincón, generando un efecto sensible pero a la vez concreto. Se busca lograr ángulos más bien rectos y limpios, las formas son sutiles y livianas. El diseño del mobiliario debe ser estratégico, no deben aparecer elementos u objetos que ocupen espacio sin una específica funcionalidad. Los ambientes deben ser despojados. Para no perturbar la tranquilidad del lenguaje, se utilizan de cuidadosa manera, materiales nobles como la madera o la piedra. El vidrio, transparente o translúcido, es bien recibido  por su carácter etéreo, luminoso y por la sensación de amplitud que genera.
En la paleta de colores se opta por el predominio del blanco, de lo monocromático o de los colores neutros como el gris, lejos de la saturación. Los interiores permiten obras de arte abstractas de gran tamaño con figuras  geométricas. La sensación que genera el minimalismo es, sin dudas, el equilibrio y la armonía gracias  a su extrema simplicidad. Le sienta la frase: "Menos es más".


Lenguaje Minimal 
Este comedor se destaca por la simpleza de su mobiliario, la mesa se diseñó y construyó a medida del espacio, tiene tapa de vidrio de 20ml de espesor, debido a sus dimensiones se hizo hacer en Buenos Aires. Tres botellones en cristal  reflejan la simpleza expresiva del estilo. El cielorraso formado por un gran casetón revestido en madera, coincide con el largo de la mesa donde se desprenden 3 colgantes ubicados para iluminar el total de la superficie.
Como respuesta contraria, surge el maximalismo, corriente que podemos observar ya desde el Barroco y en la época de María Antonieta, en donde los espacios se caracterizaban por estar recargados en su máxima expresión. De aquellas épocas a nuestros días, reaparecen las formas onduladas, los  zócalos altos, las molduras, la  boisserie, los casetones en cielorrasos y los estucados venecianos. Desaparece el ángulo recto y vuelven los ornamentos, los acabados sofisticados y las formas caprichosas.

Este estilo encuentra su razón de ser en lo versallesco, lo escandaloso, en la aparición de muros espejados, en los drapeados, les chandeliers. Vuelven los terciopelos y las panas, los géneros pesados, la variedad en colores como damascos, verdes limas y violetas. La luz se transforma en un recurso de ambientación teatral, dramática, por lo que los candelabros son bien recibidos.
El maximalismo posee un lenguaje complejo, ecléctico y caprichoso. Persigue la combinación de estilos, desde muebles antiguos a futuristas, logrando ambientes ricos en texturas y colores que se convierten en un festival para los sentidos. Dirigido a personas apetentes, con pretensiones, a lugares donde prima la creatividad sin prejuicios. Es el espíritu Dolce & Gabbana y Donatella Versace. Su frase, "Nunca es demasiado".
Estilo maximalista
Juego de diferentes sillones y diversas tapicerías, un telón de terciopelo bordeaux muy pesado y el juego de colores contrastantes.
Diseño del piso mientras más recargado, mejor.
Un gobelino inglés de más de dos siglos se luce con una escena campestre.


Escena maximalista 
Realizada para la ambientación de la inauguración de Casa Magna. En el ingreso los invitados eran recibidos por estatuas vivientes que marcaban el recorrido aportando un detalle de glamour y sofisticación.





Casa Avome
Ambientacion maximalista contemporánea.
Detalles maximalistas expresados de manera minimalista
Rincón ubicado en la caja de la escalera donde aparecen dos máscaras venecianas colgadas en fondos entelados en pana. Los cuadros se ubican entre apliques con caireles.



Elementos minimalistas
Mesa ratona completamente construida en vidrio transparente.
En lugar de crear un living con juego de sillones estándar, se diseñó a medida un sillón en U siguiendo el formato del espacio, completamente tapizado en pana metalizada.
Cortinas en seda natural blanca.
La chimenea se espejó completamente con espejos repartidos y se agregó a la boca un chispero en vidrio transparente y acero.
La luz natural invade el espacio, requisito fundamental del Minimalismo.



Maximalismo en su máxima expresión
En el muro de fondo se exhibe un gobelino de origen inglés de más de doscientos años.
Los sillones de estilo francés datan de la época de San Martín, se conserva su tapicería original en seda color oro. Como contraste, aparece un pouf drapeado en pana color lacre sobre una alfombra con diseño de origen francés.
En la mesa de apoyo se ubica una extravagante lámpara con pantalla estampada y flecos de seda. Saturación de estampados, texturas y tallas, como así también la luz artificial generan el dramatismo característico del estilo.
Rincón minimalista 
Formado por un sillón Bergere enfundado con género asedado en tonos grises, acompañado por una lámpara de pie con pantalla de lino gris con pie y base cromada.
La limpieza de las placas de porcelanato y la cortina en gasa translúcida definen el estilo.

¿Quienes somos?

Popular Posts