Estos mercados de objetos diversos son una alternativa al tradicional circuito de anticuarios.
El Rastro de Madrid
El Rastro, en Madrid, España, es una cita ineludible para residentes y turistas. Tiene unos 3.500 puestos que abren sábados y domingo de 9 a 15 diseminados en los alrededores de la Ribera de Curtidores.
Debe su nombre a que antaño se ubicaban varias curtidurías en torno a la calle de la Ribera de Curtidores, próximo all matadero que se encontraba en la ribera del Río Manzanares, por lo que al transportar arrastrando las reses ya muertas con sus pieles desde el matadero hasta las curtidurías, se dejaba un rastro de sangre.
Su oferta es muy variada. En él pueden encontrarse todo tipo de antigüedades, objetos nuevos, de segunda mano y de diseño.
El Mercado de Pulgas de Saint-Ouen, cerca de la Puerta de Clignancourt, en París, remonta su historia a fines del siglo XIX y es patrimonio protegido de la Ciudad.
Es tambien muy apreciado por las cineastas que encentran aquí un ambiente de época.
En cada uno de sus más de 300 callejones los anticuarios profesionales exponen una gran variedad de antiguedades constantemente renovadas y que cubren todas las especialidades.
Ocupa siete hectáreas con 2.500 puestos y recibe cada fin de semana a unos 100.000 visitantes.
Ocupa siete hectáreas con 2.500 puestos y recibe cada fin de semana a unos 100.000 visitantes.
Portobello Road en Londres
Portobello Road, en el barrio londinense de Notting Hill, es uno de los mercados más famosos y antiguos del mundo. Ofrece antigüedades de alta calidad y curiosidades. Todas las semanas, de viernes a domingo.En su origen, Portobello Road fue un mercado de fruta fresca en el siglo XIX; no fue hasta 1960 que empezaron a instalarse los anticuarios que hoy llenan la calle. El mercadillo de Portobello es posiblemente uno de los mayores mercados de anticuario del mundo.
Feira de Ladra en Portugal
La Feira de Ladra (Feria de los Ladrones) es un abanico de baratijas y antiguedades de todo tipo ubicado en el Campo de Santa Clara, en la parte más antigua de Lisboa, Portugal.
Abre martes y sábados y se exige regatear los precios y cuidarse de los falsificadores.
Es el mercado más barato de la Unión Europea.