Otra palabra alemana kitsch está asociada al verbo kitschen, que significaba ‘barrer mugre de la calle’. El kitsch apelaba a un gusto vulgar de la nueva y adinerada burguesía de Múnich que pensaba, como muchos nuevos ricos, que podían alcanzar el status que envidiaban a la clase tradicional de las élites culturales copiando las características más evidentes de sus hábitos culturales.
Lo kitsch empezó a ser definido como un objeto estético empobrecido con mala manufactura, significando más la identificación del consumidor con un nuevo status social y menos con una respuesta estética genuina. Lo kitsch era considerado estéticamente empobrecido y moralmente dudoso. El sacrificio de una vida estética convertida en pantomima, usualmente, aunque no siempre, con el interés de señalar un status social.
EL término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto. La moda kitsch en la decoración se encuentra en la cresta de la ola, sobre todo, por cierto «revival retro».
Muchos hogares españoles tienen pinceladas del estilo Kitsch, y ni ellos lo saben, amas de casa y gente mayor son un estandarte del estilo Kitsch. Este estilo no tiene en consideración el espacio ni la temática, es una invasión del ambiente por multitud de objetos, muebles, sofas, que nada tiene que ver unos con otros, todos ellos amontonados en estanterías, junto con elementos religiosos y familiares, es el resultado del paso del tiempo en el hogar.
Otro de los objetos que no podemos dejar de mostraros super kitsch es sin duda esta pieza de Philip Stark